Si sigo #creciendoprofesionalmente es por ti, por ti, por ti… NO, por ti no…

Este probablemente sea uno de mis post más personales. Y me apetece compartirlo con una red de calidad. Si consideráis que estáis en esa línea, os doy la bienvenida a, como dice mi buena amiga Mayte García Caneiro, un desnudo emocional y profesional. Adelante, pasad…

Y es que cuando ya hace unos años empecé a sumergirme en este mundo de LinkedIn lo hice porque me gustaba esta red y lo que podías aprender  profesionalmente. En cierta manera también vi que se podían abrir puertas a través de un cauce de comunicación como son los mensajes. Y precisamente con un mensaje empecé a hablar con Ana, la primera persona que me contactó para ayudarla en su gestión en LinkedIn. Sí, con Ana empezó todo.

El hecho es que, casi sin quererlo, lo que era una afición a leer información interesante, conocer a profesionales más interesantes todavía y tener conversaciones (también profesionales) con muchas de estas personas fue derivando en un proyecto primero y, en un modelo de negocio, más tarde. Eso es lo que ahora ya conocéis por LinkedGrowing, una forma de llamar a un proyecto con el que sigo (y seguimos junto a vosotros) #creciendoprofesionalmente.

Y es que gracias a LinkedGrowing estoy teniendo la fortuna de trabajar con grandes profesionales con los que colaboro y, como dice la canción, no cambio por nada. Y una de las líneas de trabajo más interesante, sin duda, son los asesoramientos a profesionales y la gestión diaria con clientes empresas.

Efectivamente trabajamos con profesionales y empresas poniéndonos en su piel más azul, la de LinkedIn. Y aprendo de todos y cada uno de ellos, os lo aseguro. Porque aquí no sirve el copia pega, no sirve y no da los mismos resultados trabajar unas publicaciones en su LinkedIn para un experto en economía que para una empresa dedicada al mundo de la consultoría agroalimentaria, por poner dos casos de clientes con los que trabajamos.

Y es que puede ser que LinkedGrowing crezca en cuanto a facturación, puede ser. Pero sobre todo, y no veáis cómo se agradece, siento ese crecimiento al tratar con personas variadas, empresas y profesionales de sectores de lo más variopinto y que te hacen crecer en cuanto a amplitud de miras. Por ejemplo, gracias a Ismael, un cliente con el que estamos trabajando, nos hemos embarcado en el mundo de la alta gastronomía en distintos países sin movernos de LinkedIn. ¡Y no veáis qué interesante!

Pero no sólo por conocer profesiones variadas y cómo se mueven esos sectores en LinkedIn se va aumentando de estatura profesional. Y es que creces también al ver las necesidades, las percepciones que estas personas (porque al final son eso, personas) tienen de esta red, cuáles son sus objetivos iniciales y sus ilusiones (y a veces, decepciones) de algunos servicios o herramientas.

Es muy gratificante recibir feedbacks positivos de clientes que ven que con el trabajo de equipo que hacemos con ellos consiguen resultados a través de mensajes proponiéndoles colaboraciones (si queréis llamarlo negocio, perfecto) o que ven como las publicaciones que les llevamos a cabo y la visibilidad dan los resultados que esperan. Y no necesariamente en cuanto a una viralidad desorbitada sino en cómo sintetizamos y captamos sus necesidades a transmitir.

Pero no todo son palmaditas en la espalda. También hay casos de clientes (personas) que acaban desencantados con nuestro trabajo. Y es que, por algún motivo, la química no llegó a dar la reacción adecuada. Las razones pueden ser variadas: no captamos el espíritu de esa persona para sacarle partido a LinkedIn o tal vez no hubo un buen trabajo en equipo. OJO, el equipo somos los compañeros de LinkedGrowing y las personas interlocutoras de esa empresa. De todas formas, de todas esas experiencias no tan positivas también se aprende y sacas conclusiones para ir mejorando.

Por aprender hasta aprendes de un cliente con el que hemos trabajado hasta hace unos días y con el que sientes una desilusión tremenda cuando acabas la colaboración. Clientes que piensan que un servicio de gestión integral en LinkedIn supone un «OPEN 24 hours», o que confunden la urgencia con la necesidad. También aprendes y, en cierta manera, espabilas ante futuros «profesionales» del caradurismo. Y me quedo con esos espabiles que estas experiencias te dan. Siempre positivo.

Os nombro (y a la vez no las menciono) porque lo merecen enormemente a esas PERSONAS, con mayúsculas. Porque positivo (y no veáis cuánto) es tratar con profesionales como Carlos, Lucinio, Carmen, Joan, Santiago, Carolina, Ismael, Daniel, Ana, Juan Diego, Enrique, Iván, Alfonso, María, José, Mar, Silvia, Vicente, Javier, Arancha, Alejandra, Judith, Rafi… Va por vosotr@s, un placer formar parte de vuestros proyectos profesionales.

Gracias por estar ahí. Seguimos conectad@s

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