Un perfil en Linkedin es siempre una puerta abierta a modificaciones. Debemos actualizar y modificar constantemente su información para intentar ser lo más veraces, virales y destacados posibles. Es un trabajo arduo pero que nos reportará beneficios, especialmente si pulimos algunos errores habituales.
Y es que en el anterior post ya hablábamos de cuestiones obvias que se deberían de tener más en cuenta a la hora de diseñar nuestro perfil. Pues bien, hay más de las indicadas en mi anterior disertación. Vamos a seguir viendo cuestiones interesantes:
No usar apartado de publicaciones:
Si nos damos cuenta, dentro de nuestro perfil tenemos un apartado más que interesante como es el de publicaciones. ¿Qué consideramos como publicaciones? Podemos incluir desde artículos publicados en revistas científicas, post de nuestro blog personal o, porqué no, artículos publicados por nosotros en la web de nuestra empresa. Todo esto, genera una gran cantidad de información que aporta un valor añadido y de gran calidad a nuestro perfil.
Añadir información excesiva en cursos:
No somos más profesionales por poner más información en el apartado de cursos. Lo mismo que en la trayectoria profesional, podemos obviar aquellos trabajos que nada o casi nada aportan a nuestro bagaje (incluso hasta pueden debilitar nuestra candidatura), lo mismo sucede con los cursos. La mayoría de nosotros hemos hecho muchos cursos de más o menos duración y de mayor o peor calidad. También es posible que alguno de ellos no aporte un valor relevante a nuestro perfil. Merece la pena dar una vuelta a ese listado de cursos a publicar…
Seguir a empresas para que aparezcan en nuestro perfil:
A veces nos olvidamos que las empresas también interactúan en LinkedIn. Pues, efectivamente hay muchas empresas presentes en esta red, y muchas de ellas con una gran actividad y visibilidad. Evidentemente, hay muchas empresas que nos puede interesar seguir su actividad, pero aquí tambiéndebemos ser selectivos y seguir a aquellas que realmente nos interesan para que aparezcan en nuestro perfil. La cuestión obvia que se deriva de esta acción es que al seguir a una empresa, tendremos en el time-line las actualizaciones que vayan publicando (por ejemplo, una vacante…)
Personalizar la URL:
Es una cuestión que puede parecer muy sútil, pero que da una muestra al visitante de que ese usuario por lo menos está dedicando un cierto tiempo a configurar su perfil y apuesta por darle valor añadido. Es muy sencillo de personalizar y, como digo, aporta valor añadido.
No solicitar recomendaciones:
En otro post hablaremos más detenidamente de las recomendaciones, pero vaya por delante que son una de las aportaciones que más valor añadido aporta a un perfil, sino la que más. Y es que el hecho de que colegas de antiguos trabajos alaben nuestra trayectoria profesional anterior es casi la más preciada de las condecoraciones que podemos lucir en un decorado eminentemente profesional, como es LinkedIn.
Con estas premisas y las del anterior post, tenemos trabajo por delante para trabajar nuestro perfil profesional…¿o comentamos más obviedades?