Horror, tengo spammers entre mis contactos…¿qué hago?

Confieso Padre, he pecado… así podría empezar a contar mi metedura de pata en Linkedin a un supuesto Poder Supremo al que pudiéramos confesar nuestros «pecados» profesionales. Y mi pecado a veces es haber admitido a ese o aquel contacto que el tiempo ha demostrado que no me aportan valor profesional en Linkedin. Tal vez en Facebook sería un follower adicto a sus reflexiones 🙂

Y es que el que se considere libre de este pecado, que haga un repaso rápido por sus contactos, o mejor dicho, por su time-line (la opción de Inicio de su Linkedin) y se dará cuenta de lo que comento. Todo empezó de la siguiente manera:

Un buen día probablemente con toda la buena intención aceptamos aquella invitación de otro profesional creyendo que:

1. por educación y cortesía lo incorporo a mi red de contactos, y

2. no compartimos mucho profesionalmente, pero quién sabe si pueden surgir sinergias…

Ahora nos damos cuenta de nuestro error, de nuestro gran error: no sólo no me aporta nada ni seguramente haya ninguna sinergia, sino que además está saturando mi Time-line con actualizaciones sin ningún sentido, contenido profesional o similar. ¿En qué estaba pensando cuando nos hicimos contactos? (dejemos las lágrimas para otro momento, hay que ser duros y actuar…)

Spammer, ese es mi apodo

Y es que hemos llegado a la dura realidad. Tenemos un spammer en nuestra red, en nuestras filas. ¿Qué hacemos?

Lamentablemente, es cada vez más habitual encontrar en nuestro Time-line incoherencias publicadas que no pintan nada en una red como Linkedin. Y no solo publicadas sino comentadas, lo cuál da sentido al refranero: «tanta culpa tiene el que mata como el que sostiene…» Vamos a dejar fuera de este post las reflexiones de cómo afectan a la imagen de esos profesionales estas publicaciones o participación en las mismas (si tenéis interés en la lectura al respecto, podéis echar un ojo al Anti-post…)

Anti-post: 5 consejos para hundir tu imagen profesional en Linkedin

En este post lo que debemos intentar es minimizar los efectos en nuestra red profesional, y por ende, en el contenido que queremos tener y compartir. Y ahí la verdad es que nos lo están llenando de spam…

Siempre que se abre este debate de porqué se publica tal o cual contenido, surge el comentario indicando «puede ser qué nadie les hubiera indicado lo que comentar y/o publicar». En este caso no admito pulpo como animal de compañía. ¿Es necesario recordar lo que es Linkedin?. Se trata de una Red Social PROFESIONAL, que no se olvide. Si no se tiene claro lo que compartir y/o publicar, que se asesoren, se informen, en definitiva, lean…

Liberando lastre de nuestra red de contactos

Si alguno de los que estáis leyendo esto, se ha encontrado con esos contactos convertidos en spammers, no dudéis ante la decisión de eliminar a esos contactos. Puede parecer duro, pero seguro que vuestra conciencia lo agradecerá. Por si no tenéis claro cómo hacerlo, os recuerdo cuál sería el proceso de «liberar lastre».

1. Entramos en Red-Conexiones:

2. Buscamos el contacto indeseado y seleccionamos «Eliminar»:

No es difícil, ¿verdad?.

Si después de estas purgas, los susodichos vuelven a requerir nuestra presencia, podemos ya actuar de varias maneras. A mí me ha gustado el enfoque que nos sugiere en una carta abierta Augie Ray.

My Message To Someone From Whom I Disconnected on LinkedIn

Y mientras tanto, sigamos trabajando para que la espesura poco profesional nos deje ver el bosque de todas las opciones profesionales que Linkedin nos ofrece. Y más en el momento de vuelta al cole que se nos avecina, ¿no os parece?

Gracias por estar ahí. Seguimos conectad@s 😉

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