¿Café para tod@s en la gestión de tus contactos en LinkedIn?

Búsqueda en LinkedIn interesante: 75 resultados a los que tantear en esta red. Pero, ¿vale el mismo procedimiento de acercamiento con cada persona? ¿Nos tiramos a la opción de «Conectar» como único camino? ¿Y si no les gusta el café que les ofrecemos?

Puede ser que nos guste mucho el café. En mi caso me encanta pero no sólo, con algo de leche y a ser posible que no esté ardiendo. Gustos cafeteros los hay variados. Y si vamos a poner café a nuestros contactos, ¿sería el mismo para cada uno? La respuesta la analizamos.

¿Todo el mundo igual de accesible en LinkedIn para tomar un café?

Cuando hablamos de accesibilidad no debemos quedarnos en lo superficial, es decir, si tengo forma de contactarle (pej, vía invitación) a esa persona. Eso seguramente nos pase en la mayoría de casos o búsquedas que hagamos. Pero, ¿es el mejor camino el envío de una invitación de forma directa? Pues analizando cuestiones podemos tener distintos niveles de accesibilidad con esos contactos. Veamos cómo definir esos niveles:

Nivel A: usuario que genera contenido de forma habitual e interactua. Un perfil tipo sería aquel que entrando en su actividad nos encontramos que está interactuando y publicando de forma fluida:

Con perfiles que detectemos de este tipo igual es más interesante una aproximación a la hora de interactuar en alguna de sus publicaciones o de dar a la opción «Seguir» para ir dándonos a conocer. Posteriormente ya tendremos la opción de enviar una invitación y con menciones a que nos ha gustado su publicación, el comentario

Nivel B: usuario que interactua de forma habitual pero NO genera contenido de forma frecuente. Un perfil tipo lo veríamos con una actividad en la que sí interactua (recomendando e incluso comentando) pero la frecuencia de sus publicaciones no es muy alta.

Este tipo de perfiles con esta cadencia de actividad ya nos indica que su nivel de presencia en esta red igual no es muy constante. Al saber eso ya nos da una idea de lo rápido que quizás conteste a una invitación que se le envíe, por ejemplo. De todas formas, si encontramos publicaciones de no hace mucho tiempo o comentarios que haya hecho a publicaciones de otros, nos servirá para ir haciéndonos los presentes antes de dar un paso más directo como el envío de una invitación, por ejemplo.

Nivel C: usuario sin actividad ni interacción en los últimos meses. Este tipo de usuarios nos los encontramos frecuentemente al explorar la actividad dentro de los perfiles.

Está claro que la vía de interacción con publicaciones o comentarios en este tipo de usuarios nos queda bloqueada. Una reflexión adicional que habría que hacerse al tener esto en cuenta es si con usuarios de este tipo es recomendable seguir intentando captar su atención por LinkedIn. En este caso convendría también tener en cuenta otros aspectos como su número de contactos, lo poco o mucho de trabajado de su perfil y cuestiones similares. Un ejemplo:

Casos como este convendría preguntarse: ¿Merece la pena insistir por LinkedIn con invitación, presentación o mensajes InMail? Tal vez el «No» sea la respuesta.

¿Cómo invitamos a tomar el café?

Otra cuestión que debemos tener en cuenta a la hora de servir nuestros «cafés profesionales» es el tema de qué textos poner en una invitación personalizada, por ejemplo. Y es que si vamos a encontrar usuarios distintos en nuestro intento de buscar profesionales interesantes no deberíamos usar el mismo café en forma de invitación para todos ellos. Este suele ser uno de los errores más habituales. Veamos dos casos bien diferenciados entre una invitación generalista y una invitación con intención.

Invitación generalista: No estamos transmitiendo nada a nuestro supuesto profesional de interés. Aquí convendría pararse un momento y pensar qué buscamos con una invitación personalizada. ¿Cuál es el objetivo primero? por supuesto, convertir a esa persona en contacto. No se trata de venderle ya nuestra «sartén» en ese primer entente, pero tampoco quedarnos en un bluf sin transmitir nada de interés. El riesgo es evidente trabajando así. El olvido o incluso el uso del botón «Ignorar» serán las salidas más habituales a este tipo de invitaciones.

Invitación con intención: ¿y cuál debe ser la intención en esos 300 caracteres? pues ser claros con la otra persona. Seguro que hay un motivo por el cuál te ha llamado la atención su perfil. Dale una introducción de esas razones (no tenemos mucho espacio para entrar en detalles) que haga que la otra persona piense en algo tipo «Humm, suena interesante, ¿por qué no aceptar la invitación?»

El recipiente del café también puede influir

Sí, la taza, tacita, termo, vaso para llevar. Son distintos recipientes pero la esencia que contienen puede ser el mismo café. Esto llevado al terreno en el que estamos se traduce en que no tenemos que obsesionarnos con el único camino de la invitación para llegar de forma efectiva a ese contacto.

Un ejemplo es el siguiente perfil (contacto de 2º nivel) donde podemos ver hasta tres caminos para abrir conexión: Invitación, contactos en común o envío de mensaje (opción en este caso Premium)

Está claro que la invitación parece siempre el más directo, pero, ¿es el más efectivo? Tal vez una presentación a través de contactos en común nos de mejor resultados. Claro, igual no es tan inmediato y parece que no saciamos nuestra ansia de cazadores al no lanzar directamente una invitación. ¿Impaciencia tal vez?

Y el café ni muy caliente ni muy frío

Una vez que tenemos ya a ese contacto en nuestra red podemos seguir tomando cafés con esa persona, eso está claro. Pero tampoco le sirvamos muy caliente el siguiente café. Es decir, según nos acaba de aceptar la invitación…

Ni excesivamente frío (aquí no aplica el café con hielo 😁). Es decir, pasado ya un tiempo que a esa persona le cueste trabajo hasta recordar quiénes somos y de qué le estamos hablando.

En definitiva, sería conveniente aplicar muchos de los preceptos que nos hacen disfrutar de un buen café a la gestión de LinkedIn. Tomar los cafés cuando apetecen, con calma y disfrutándolo como una bebida estimulante. Trabajemos así nuestra gestión en esta red, de forma estimulante y teniendo en cuenta los tiempos, los recipientes y los distintos tipos de cafés. O de contactos…

Y vosotr@s, ¿cómo os tomáis el café en vuestra gestión en LinkedIn?

Gracias por estar ahí. Seguimos conectad@s

 

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